domingo, 28 de enero de 2018

Todos tenemos ganas de ver a la tía Adriana


Playa de Aguete, Marín (Pontevedra, España)

-¿Va a venir la tía Adriana para siempre? – le preguntó Elena a su madre tras enterarse de la situación.

-Para siempre no, pero sí que va a venir a quedarse una larga temporada con nosotros – le contestó su madre – Todo depende de las posibilidades que le den en la universidad.

-A mí me gustaría que se quedara para siempre, no me gusta nada cuando viene en navidad y se va.

-Bueno hija, no se puede tener todo en esta vida – le dijo Ana, y después hizo una pausa – Aunque a mí también me gustaría que se quedara …

-No es lo mismo que venga en navidades y en verano, y en Semana Santa vayamos nosotros a verla …

-¿Por cierto, te dieron la nota de física y química?

-No, pero bueno tampoco tiene ninguna prisa, no me había salido muy bien.

-Elena ¿Quieres ir a clases particulares?

-No hace falta … la profesora me tiene manía … ese es el problema. Además ¿La tía fue alguna vez a clases particulares?

-Más en la universidad, pero bueno … Aun así, en aquel entonces, no era tan frecuente como ahora ir a clases particulares. Ibas si realmente lo necesitabas, por lo que cuenta Fernando, los niños van aún sin necesitarlo.

-Bueno, a mí no me hace falta – protestó Elena

-Yo no lo veo así ¿Por qué no te ha salido bien el examen?

-¡BUENO! – gritó Elena enfadada - ¡YA ESTAMOS! ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?

-Pero hija, sólo quiero saber lo que te pasa para ayudarte.

Elena se enfadó y se marchó corriendo a su habitación dando un portazo. Su madre decidió dejarla, estaba en una edad complicada y muchas veces no sabía cómo afrontar situaciones de ese estilo. Como echaba de menos a su hermana, ella siempre era capaz de hablar con Elena … Además, si no quería clases particulares, alguien tendría que ayudarla, ¿Y quién mejor que su hermana?

Su hermana era una crack, además ella y su marido habían estudiado carreras de letras y de ciencias sociales. Podían ayudarla con historia, matemáticas, lengua … pero con física y química difícilmente.

Después de esto llegó su marido, Fernando y le contó la noticia.

- ¡Qué bien que venga Adriana! ¡Tengo muchas ganas de verla! ¿Dónde está Elena?

-Se ha ido a su habitación, se ha enfadado no sé porque …

- ¿Otra vez?

-Sí, otra vez, a ver si Adriana es capaz de ayudarnos, porque ya no sé qué podemos hacer …

-A ella siempre se le ocurren soluciones.

28/01/2018

Descubrirlaquimica. Estudiante de química en la USC